El día de Reyes


Así es como titulaba el hermoso y cariñoso relato que mi padre dedicó a mi hija Cecilia en la noche de Reyes. Precisamente me lo envió a mi correo electrónico esa misma noche, sobre la una y media de la madrugada. Os lo presento a continuación, creo que merece la pena que lo leáis…

EL DÍA DE REYES

Francisco García Suárez
(Dedicado especialmente a Cecilia, nuestra nieta)‏

Vísperas de Reyes. Un día bonito; un día algo más que bonito. Desde temprano se aprecia en el pueblo un bullir de gentes que va y que viene. Los coches son protagonistas invadiendo el centro del pueblo. La gente se mueve con prisas y van portando las bolsas en las que llevan los regalos para entregárselos a los Reyes Magos y que éstos, a su vez, sepan distribuirlos a sus destinatarios. En definitiva, como diría Washington Irving, el pueblo estaba en contínua trapisonda. De ésta guisa, Cecilia, cuando era media mañana te veo que vas en el coche de papá (suena a canción pero no es canción se llama copla, diría el malogrado Carlos Cano) sentada en el asiento trasero junto a mamá; me acerco a verte y a través de la ventanilla te digo: ¡guapa,te quiero; eres lo más bonito del mundo! y tú mirandome (perdona, no puedo describir la mirada) me dices:»abobo»; y yo me digo! qué lindo empieza la vispera de Reyes!. Ha sido así. Fue anunciado a Los Reyes Magos. El entonces Rey Herodes enterado de que había nacido el Salvador mandó llamar a los Reyes para que averiguaran donde había nacido. Los Reyes siguieron la estela de la estrella de oriente que los guió hasta el portal. Pues bien ese camino que siguieron los reyes ha querido el Mesías que este año pasara por la puerta de tus abuelos Francisco y María Luisa que, junto al resto de la familia, han disfrutado muchísimo juntos, viendo pasar la comitiva de sus Majestades. Ha querido el Salvador regalarme (regalarnos) éste año un día entrañable; estábamos en el «portal» de casa, Cecilia, y tú, es natural, contemplabas asombrada todo cuanto sucedía. Pienso que éste ha sido mi regalo de reyes. Creo en que ese Mesias me lo ha enviado y, junto a tí, lo he disfrutado.Casi seguro que en éste momento (en éste momento que le doy gracias a la vida) estás durmiendo y, además, lo que no está al alcance de nosotros, estás jugando con los ángeles; te imagino riendo (qué risa…¡No puedo definir cómo es la risa!) en un paraíso, que eso, no está «abierto» para nosotros. Tengo que decirte,mi Cecilia, nuestra Cecilia; que tú ya sabes que tu abuela Maria Luisa tiene una tienda en la que la gente encarga juguetes que más tarde hemos de preparar a lo Reyes para que los distribuyan a los niños; pues bien en tienda Peques han estado hace como una hora los Reyes Magos, cargando los últimos juguetes para los niños de éste barrio,y he tenido la gran suerte (no todo el mundo tiene este privilegio) de que me han dicho: Sabemos quien es tu nieta, conocemos a Cecilia, de su mirada, de su inteligencia, de su sonrisa, de su dulzura y además, Paco que no se vaya a enterar nadie, pero por ser tu nieta, esa casa de Serrano 24 la vamos a dejar «cargadita de juguetes» y yo, Cecilia, le dije: Gracias, Majestades, en nombre de toda mi familia. Muchas gracias. Me acuesto enseguida, como mandan los reyes, con la esperanza de verte mañana con esa sonrisa tan especial y con esa mirada de felicidad, contemplando y disfrutando cuanto El Mesías, por intersección de sus Majestades los Reyes Magos de Oriente te agasajaron. Un besito.